Journal de Comunicación Social 13(20), 11-33 enero-julio de 2025 ISSN impresa 2412-5733; ISSN online 2413-970x - DOI: https://doi.org/10.35319/jcomsoc.2025201319

Influencia identitaria en la socialización política de universitarios: La Paz y El Alto

Ethnic Identity and Political Socialization among University Students: La Paz and El Alto

Valentina Justiniano Calcina

Universidad Católica Boliviana San Pablo, Sede La Paz, La Paz, Bolivia. https://orcid.org/0009-0004-3873-6344, valentina.justiniano@ucb.edu.bo

Camila Wara Illanes Ramos

Universidad Católica Boliviana San Pablo, Sede La Paz, La Paz, Bolivia. https://orcid.org/0009-0005-1976-6035, camila.illanes@ucb.edu.bo

Octavio Miguel Blancourt Camacho

Universidad Católica Boliviana San Pablo, Sede La Paz, La Paz, Bolivia. https://orcid.org/0009-0001-5334-3838, octavio.blancourt@ucb.edu.bo

Rafael Antonio Loayza Bueno

Universidad Católica Boliviana San Pablo, Sede La Paz, La Paz, Bolivia. https://orcid.org/0009-0003-9107-4573, totoloayza@yahoo.es

Fecha de recepción: 28 de febrero de 2025

Fecha de aceptación: 5 de junio de 2024

Resumen: Este estudio analiza cómo la identidad étnica influye en la socialización política de estudiantes universitarios en La Paz (institución privada) y El Alto (pública), bajo el paradigma de la estructuración. Mediante encuestas a 400 jóvenes (18-25 años) en 2023, se identificó que lo étnico y lo político están estrechamente ligados en sus percepciones, lo que refuerza la polarización. La revisión documental evidenció el rol del racismo en Bolivia, mientras los datos cuantitativos revelaron tendencias electorales diferenciadas. Se halló que el consumo comunicacional post-tradicional profundiza divisiones. Concluye que la etnicidad es un factor clave en la formación de opiniones políticas en este grupo.

Palabras clave: Identidad étnica, socialización política, estudiantes universitarios, polarización, Bolivia, elecciones.

Abstract: This study examines how ethnic identity influences political socialization among university students in La Paz (private institution) and El Alto (public institution), using the structuration paradigm. Through surveys of 400 young adults (ages 18-25) in 2023, findings reveal that ethnic and political factors are closely intertwined in their perceptions, which reinforces polarization. Documentary analysis highlighted racism’s role in Bolivia, while quantitative data showed distinct electoral trends. Post- traditional communication practices were found to exacerbate societal divisions. The study concludes that ethnicity is a key factor shaping political attitudes in this demographic, offering insights into identity-driven polarization in higher education contexts.

Key words: Ethnic identity, political socialization, university students, polarization, Bolivia, elections.        

I.  Introducción

La creciente polarización política y social en Bolivia ha puesto en evidencia la necesidad de analizar los factores que inciden en la formación de opiniones políticas entre los jóvenes. Estudios recientes muestran que esta polarización ya no se limita a las élites, sino que atraviesa a amplios sectores de la sociedad, incluidas las juventudes, y se manifiesta tanto en dimensiones ideológicas como afectivas y de comportamiento (Cortez et al., 2023). En particular, la polarización afectiva —entendida como la formación de identidades políticas opuestas con fuerte carga emocional— se ha consolidado como una característica central de los clivajes contemporáneos y opera incluso entre personas sin afiliación partidaria directa (Rojo-Martínez & Crespo-Martínez, 2023). Este fenómeno cobra especial relevancia en contextos como el boliviano, en el que los conflictos políticos recientes han exacerbado divisiones étnico-identitarias históricas.

En América Latina, y particularmente en Bolivia, investigaciones sobre juventudes y política han mostrado que los procesos de socialización política están fuertemente atravesados por variables como el origen étnico, el tipo de institución educativa,  el consumo mediático y las experiencias comunitarias (Loayza Bueno, 2023; Trigo Moscoso, 2023). Sin embargo, persisten vacíos en torno a cómo estos factores interactúan específicamente en los espacios universitarios urbanos, donde convergen jóvenes de orígenes socioculturales diversos en un entorno institucional que muchas veces reproduce —y a veces resignifica— las fronteras étnicas.

Este artículo examina cómo el ascendiente identitario étnico influye en la socialización política de estudiantes universitarios en La Paz y El Alto, en un escenario marcado por tensiones posteriores a las elecciones de 2019. Desde el enfoque del paradigma de   la estructuración (Giddens, 1984/2015), se analiza cómo las interacciones cotidianas moldean las estructuras sociales, en particular la identidad étnica, y refuerzan dinámicas de diferenciación cultural en el entorno universitario.

Como se precisa arriba, el objetivo de esta investigación es analizar cómo el ascendiente identitario étnicamente diferenciado incide en la socialización política de estudiantes universitarios de instituciones públicas y privadas de La Paz y El Alto. Se parte de       la siguiente pregunta de investigación: ¿Cómo influye el ascendiente identitario étnicamente diferenciado en la socialización política de los estudiantes universitarios de ambas ciudades? El estudio se realizó entre noviembre y diciembre de 2023 y empleó una metodología cuantitativa basada en encuestas a 400 estudiantes de 18   a 25 años, distribuidos equitativamente entre una universidad pública y una privada.

Entre los principales hallazgos, se identifica que los estudiantes con una fuerte identificación étnica tienden a vincular más estrechamente sus preferencias políticas con su ascendencia cultural. Asimismo, se evidencian diferencias significativas en    las posturas frente a conflictos políticos polémicos, como las elecciones de 2019 y la sucesión presidencial, ante los que las adscripciones étnicas marcan percepciones contrapuestas sobre los hechos. Estos resultados muestran que el origen étnico constituye un factor estructurante en la formación de opiniones políticas y en la interpretación de eventos políticos recientes.

Finalmente, se observa que la desvinculación postradicional, manifestada en el consumo de medios virtuales y en la priorización de intereses cotidianos, refuerza     la polarización entre los jóvenes universitarios. Los estudiantes que se identifican como indígenas, particularmente en la universidad pública, muestran una mayor participación política activa, mientras que en la universidad privada predomina una menor implicación en espacios de debate. Estos patrones de comportamiento resaltan cómo la identidad étnica y los procesos de desvinculación social configuran nuevas dinámicas de polarización en la juventud boliviana.

II.  Marco teórico

La polarización política y social, entendida como la intensificación de divisiones en torno a identidades divergentes, constituye un fenómeno ampliamente documentado en las ciencias sociales contemporáneas (McCoy et al., 2018). En este marco, autores como Giddens (1971/1994) han señalado que las divisiones sociales no emergen   solo del conflicto político explícito, sino de patrones estructurales cotidianos como la estratificación laboral, la desigualdad territorial y la segmentación de redes sociales, que alimentan oposiciones duraderas. Cuando estas oposiciones estructurales adquieren una dimensión política, no solo se confrontan intereses divergentes, sino también identidades profundamente ancladas en la experiencia colectiva.

En las últimas décadas, la literatura internacional ha subrayado la creciente relevancia de la polarización afectiva como una forma específica de polarización política. A diferencia de la polarización ideológica, centrada en diferencias programáticas o doctrinales, la polarización afectiva implica emociones intensas hacia grupos políticos opuestos, como desconfianza, desprecio o rechazo, independientemente de la distancia ideológica real (Rojo-Martínez & Crespo-Martínez, 2023; Waisbord, 2020). En Bolivia, este fenómeno se traduce en un distanciamiento emocional entre sectores con adscripciones étnico- culturales distintas, cuyas percepciones de los eventos políticos recientes —como las elecciones de 2019— difieren no solo en términos racionales, sino también en los afectos y temores que despiertan.

En línea con esto, Cortez et al. (2023) proponen un modelomultidimensional para analizar la polarización política en Bolivia a partir de tres dimensiones: afectiva (emociones hacia el otro grupo), cognitiva (creencias y percepciones) y de comportamiento (acciones políticas concretas). Este enfoque permite comprender la complejidad del fenómeno, especialmente en jóvenes que, aun sin militancia partidaria, participan activamente de debates políticos mediáticos, familiares o universitarios.

La modernidad avanzada ha intensificado estos procesos. Giddens (1996) sostiene que la desvinculación post-tradicional, impulsada por la individualización, desestabiliza los marcos normativos heredados y abre paso a nuevas formas de construcción identitaria. Esta autonomía biográfica, lejos de promover cohesión, ha sido acompañada por una fragmentación del tejido social (Bauman & Leoncini, 2018). El rol de los medios digitales es clave en esta transformación: Pariser (2011/2017) advierte que la personalización algorítmica de la información genera burbujas de filtro que refuerzan visiones homogéneas del mundo, las cuales excluyen perspectivas contrarias y debilitan el debate plural.

En Bolivia, estas dinámicas se reflejan en el consumo mediático diferenciado entre jóvenes indígenas y no indígenas, quienes tienden a acceder a contenidos que refuerzan sus identificaciones culturales y políticas. De esa forma, se reproducen mundos sociales paralelos. Este consumo fragmentado, en lugar de diluir las adscripciones étnico- políticas, parece intensificarlas.

Las juventudes juegan un rol central en esta configuración. Según la Fundación Friedrich Ebert (FES, 2024), los jóvenes latinoamericanos se alejan de los canales de participación tradicionales y optan por formas de activismo más puntuales, emocionales y centradas en identidades específicas. Este tipo de participación postradicional está mediado  por la cultura digital y responde menos a lógicas ideológicas estables que a causas movilizadoras en las que se involucran con intensidad variable.

En el caso boliviano, como señala Loayza Bueno (2023), las fracturas étnico-culturales heredadas se actualizan en las juventudes urbanas, lo cual condiciona no solo su percepción de la historia reciente —como el conflicto postelectoral de 2019—, sino también sus formas de participación política, sus redes de socialización y su consumo mediático. En contextos como La Paz y El Alto, donde coexisten jóvenes de orígenes diversos en universidades públicas y privadas, las adscripciones étnicas son un eje estructurante de la vida cotidiana.

En este sentido, la educación superior no es un espacio neutral. Barrera Hernández (2023) muestra que, aunque existen esfuerzos por avanzar hacia una interculturalidad más profunda —como en el caso de la Universidad Indígena Boliviana—, las universidades tradicionales reproducen formas de segregación simbólica. La distribución de espacios, las redes de apoyo, las formas de participación y los símbolos institucionales reflejan jerarquías culturales que delimitan lo legítimo y lo subordinado.

Autores como Jenkins (2008) y Bhabha (1994/2002) han argumentado que la etnicidad no es una esencia ni un atributo fijo, sino una construcción social que se negocia en interacciones concretas. Desde esta perspectiva, las universidades son espacios privilegiados para observar cómo se construyen y reafirman identidades étnico-políticas, así como para analizar las tensiones entre integración e invisibilización. Además, la etnicidad es un proceso social dinámico, constantemente reforzado a través de la interacción y las practices  cotidianas, entre las que se incluye la movilización política (Jenkins, 2008).

La presencia de comunidades estudiantiles diferenciadas en La Paz y El Alto, organizadas en torno a la pertenencia cultural y étnica, sugiere que el ascendiente identitario todavía opera como un filtro cognitivo y afectivo que orienta la socialización política. Esta socialización no se limita al aprendizaje de normas o procedimientos, sino que implica la incorporación de narrativas sobre el poder, el conflicto y la justicia desde lugares de enunciación culturalmente diferenciados.

En síntesis, la interacción entre estructuras sociales tradicionales (Giddens, 1984/2015), procesos de desvinculación post-tradicional (Bauman & Leoncini, 2018; Pariser, 2011/2017), nuevas formas de participación política juvenil (FES, 2024) y la limitada transversalización de la interculturalidad en la educación superior (Barrera Hernández, 2023) configuran un escenario en el que las identidades étnicas no solo condicionan las percepciones políticas, sino también modelan las formas de acción y participación ciudadana. Las universidades, en este contexto, se constituyen en espacios en los que se negocia, refuerza o desafía la pertenencia identitaria. Por ello, en sus dinámicas internas, se reproducen los clivajes más amplios de la sociedad boliviana.

III.  Metodología

Para esta investigación, se empleó una metodología cuantitativa apoyada en encuestas compuestas por preguntas de opción múltiple. Se optó por este enfoque para identificar la relación entre las variables medidas y hacer posible una generalización a partir de la muestra. La aplicación de este método se hizo cara a cara con los sujetos consultados. Los investigadores llenaron las boletas a mano. Posteriormente, los datos fueron sistematizados y procesados en el programa estadístico SPSS. La recolección de datos se llevó a cabo entre noviembre y diciembre de 2023, es decir, en un momento no electoral, un año después del paro cívico por la fecha del Censo de Población y Vivienda y en medio de la polémica por las Elecciones Judiciales. En total, se encuestó a 400 estudiantes universitarios en el rango de 18 a 25 años de edad, 200 en una universidad privada de la ciudad de La Paz y 200 en una institución de educación superior pública de El Alto.

Para la elección de esta muestra se utilizaron los datos del Censo de Población y Vivienda del 2012 (Instituto Nacional de Estadística [INE], 2012). Según estos, El Alto es la ciudad boliviana cuya población tiene una mayor autoidentificación indígena (75%) mientras que la zona Sur de la ciudad de La Paz es una de las áreas en las que esta es menor (10%).

Si bien la autoidentificación del Censo considera a las 36 naciones indígenas y no plantea la opción de identificarse como blanco o mestizo, para esta investigación solo se consideró la oposición entre la afirmación de la propia identidad como indígena  y la negación de esta —al asumirse como no indígena—. Como propone Bhabha (1994/2002), la construcción de la identidad se fundamenta en la diferenciación del “yo” frente a la otredad, lo que implica un posicionamiento frente aquello que se reniega, es decir, que la identidad propia existe en función del “otro”.

Además, en lugar de considerar variables como el mestizaje, se trabajó sobre el binarismo entre indígenas y no indígenas, pues sobre esa dicotomía se ha establecido la asociación política en los últimos 30 años (Loayza Bueno, 2014) y se ha construido el discurso nacionalista del Estado Plurinacional de Bolivia (Coletta & Raftopoulos, 2020). No obstante, sería enriquecedor abordar la influencia de otras identidades sobre la socialización política en futuras investigaciones.

Con respecto a la selección de los encuestados, también se consideró la proporción nacional de hombres (49%) y mujeres (51%), según el INE. Con la elección de estos sujetos, se estudiaron los dos grupos étnicos que participan en el fenómeno de la polarización: indígenas y no indígenas.

En el caso de la universidad privada, la recolección de datos se realizó a lo largo de dos días; los investigadores se acercaron a los encuestados por fuera del campus universitario, pues las autoridades de la institución negaron el permiso para entrar  a este. Por otro lado, en el caso de la universidad pública, las encuestas sí fueron aplicadas dentro de la casa de estudios, en la que los investigadores permanecieron por tres horas (desde las 10 a. m. hasta la 1 p. m.).

La boleta aplicada en ambas universidades fue adaptada a partir de la que se utilizó en la Primera Encuesta Nacional de Polarización (Proyecto Unámonos, 2023). La versión final estaba compuesta por 48 preguntas divididas en 7 categorías: identificación    del informante, diferenciación ideológica, diferencia afectiva, divergencia social, percepción, adaptación y cotidianidad. En este artículo, se analizarán solo algunos   de los datos obtenidos en la primera, segunda y séptima categoría. Las variables consideradas son, por un lado,  el  ascendiente  identitario  diferencial  (indígenas y no indígenas); por otro, la socialización política, a la cual se integra la variable de  la cotidianidad. La primera se midió a partir de la autoidentificación étnica como indígena o no, que se encuentra en la categoría 0; la segunda, según la intención  de voto y el considerarse a sí mismo como parte del oficialismo o la oposición, en  la categoría 1, apoyada también con información tomada de la categoría 6. El dato sobre la autoidentificación se obtuvo con la siguiente pregunta: “Como boliviano (a), ¿se considera perteneciente a algún pueblo o nación indígena?”. Los resultados que se presentan en este artículo se obtuvieron a partir del cruce de esta pregunta con las referidas a la socialización política.

IV. Resultados

En  este  apartado,  se  presentan  los  resultados  de  la  investigación  realizada.  En      primer lugar, se analiza la asociación estrecha de las preferencias políticas de los estudiantes universitarios con su ascendencia étnica. Más adelante, se identifica que la desvinculación post-tradicional, expresada en el consumo de medios e intereses manifestados entre los participantes, refuerza las divisiones políticas entre estudiantes, lo que consolida las posiciones polarizadas.

IV.4.1.              Preferencias electorales y políticas de los universitarios

En la investigación, se evidencia la influencia del ascendiente identitario diferencial en la socialización política de los jóvenes universitarios. Se presenta el cruce de la variable de la autoidentificación étnica con la preferencia electoral (Tablas 1 y 2), la postura política (Tablas 3 y 4) y la postura acerca de conflictos políticos polémicos (Tablas 5 y 6).

IV.4.1.1.                  Preferencia electoral de los universitarios

La Tabla 1 cruza la información obtenida en la universidad privada para entender cómo el ascendiente identitario diferencial está relacionado con la socialización política de los jóvenes universitarios. En este sentido, al tomar en cuenta el ascendiente identitario reconocido por las y los encuestados, se formuló la siguiente pregunta: “¿Por qué partido votó o hubiera votado en las últimas elecciones nacionales? (Año 2020)”.

Tabla 1

Preferencia electoral de los jóvenes de la universidad privada, La Paz, 2023 

Fuente: Elaboración propia.

En la universidad privada, el 55% de los alumnos encuestados respondió que en las elecciones del 2020 votó o hubiera votado por Comunidad Ciudadana (CC), tan solo  el 5% optó por el Movimiento al Socialismo (MAS) y el 3% por Creemos. El 21% no se inclinó por alguno de los partidos que se presentaron a esos comicios. Esta tendencia estuvo más marcada entre los no indígenas. La mayoría de ellos expresó su apoyo a CC (62%); solo el 4% de ellos se manifestó favorable a Creemos y el 1%, al MAS. En contraste, la preferencia electoral de los indígenas se dividió entre el MAS (27%) y CC (21%). En ambos grupos, hubo un porcentaje significativo de aquellos que no votaron ni votarían por alguna de las opciones: 20% de los no indígenas y 27% de los indígenas.

Esto comprueba que, en la universidad privada, el grupo mayoritario —no indígenas— tienen una preferencia evidente por los partidos contrarios al MAS, en especial por CC.

Por otro lado, sus compañeros indígenas presentan una división en partes casi iguales entre aquellos que se inclinan por el partido gobernante, quienes se decantan por los contrincantes, y los que no se inclinan por ninguna de las opciones. Por estas marcadas tendencias, estos resultados respaldan la relación entre la autoidentificación étnica de los universitarios, construida a partir de la negación de la otredad, y su voto.

La Tabla 2 cruza la información obtenida con las mismas preguntas de la Tabla 1, pero en la universidad pública. En esta, se halla que hay una relación entre ascendencia identitaria y preferencia electoral, pero de manera inversa al anterior caso.

Tabla 2

Preferencia electoral de los jóvenes de la universidad pública, El Alto, 2023

Tabla

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Fuente: Elaboración propia.

En la universidad pública, el 48% de los encuestados respondió que el 2020 votó o hubiera votado por el MAS; el 10%, por CC; solo el 3%, por Creemos; el 22% respondió que por ninguno. La preferencia electoral de los no indígenas se dividió entre CC (26%) y el MAS (21%); solo una pequeña proporción optó por Creemos (11%). En contraste, el apoyo de los indígenas fue favorable para el MAS (57%), pero escaso para CC (4%) y Creemos (1%). En ambos grupos demográficos de esta universidad pública, hubo una importante cantidad de encuestados que no votaron ni votarían por ninguna de las opciones: 26% en el caso de los no indígenas y 21% en el de los indígenas.

Además, esta información muestra que, en ambas universidades, hay porcentajes muy similares de indiferencia electoral en los grupos étnicos minoritarios: 27% de los indígenas en la universidad privada y 26% de los no indígenas en la universidad pública. Así, se observa que cuando la autoidentificación individual es compartida por la mayoría del entorno social universitario, aumenta la relación entre el ascendiente étnico y la preferencia electoral, pues se expresan inclinaciones mayoritarias evidentes. En contraste, cuando la identidad propia es minoritaria dentro de la casa de estudios, reduce la influencia del ascendiente étnico sobre el voto, ya que las posturas se dividen en partes iguales, sin representar una tendencia significativa al voto por algún partido u otro.

IV.4.1.2.                  Posición política de los jóvenes universitarios

En la Tabla 3, se presentan los resultados de la pregunta “Si tuviera que elegir una posición política, ¿cuál sería?”. Esta también está asociada con la autoidentificación  como parte de algún pueblo o nación indígena de los estudiantes de la niversidad privada.

Tabla 3

Posición política de los jóvenes de la niversidad privada, La Paz, 2023

Tabla

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Fuente: Elaboración propia.

El 56% de los encuestados en la universidad privada afirmó que si tuviera que elegir una posición política, optaría por la oposición, mientras que solo el 7% preferiría al oficialismo y el 36%, a ninguna. La mayoría de los no indígenas (62%) optó por la oposición, el 35% no se inclinó por ninguna y el 3% prefirió al oficialismo. Por otro lado, la opinión de los indígenas estuvo dividida entre ninguno (42%), oficialismo (27%) y oposición (17%).

Nuevamente, se muestra la significativa relación entre la autoidentificación étnica y la socialización política, esta vez medida con la postura política. También es evidente la diferencia entre la marcada inclinación de los no indígenas —mayoría étnica— por la oposición y las opiniones divididas de los indígenas —minoría étnica—, quienes en un mayor porcentaje no optaron por ninguna posición.

En la Tabla 4, se presentan los resultados de la pregunta “Si tuviera que elegir una posición política, ¿cuál sería?”, cruzados con la autoidentificación como parte de algún pueblo o nación indígena de los estudiantes de la universidad pública.

Tabla 4

Posición política de los jóvenes de la universidad pública, El Alto, 2023

Fuente: Elaboración propia.

En la universidad pública, hubo una mayor preferencia general por el oficialismo (48%). Al dividirlos según su autoidentificación étnica, esta inclinación disminuía entre los no indígenas (21%), pero subía entre los indígenas (57%). En una proporcionalidad inversa, la menor preferencia general por la oposición (27%) subía entre los no indígenas al 58% y disminuía todavía más entre los indígenas hasta llegar al 17%. Aquellos que no se inclinaron por ninguna de las posiciones representaron el 24,5% del total, 21% de los no indígenas y 25% de los indígenas.

Al contrario de lo que se evidenció en la universidad privada, en esta casa de estudios se comprobó una mayor polarización entre no indígenas e indígenas, pues ambos grupos expresaron preferencias mayoritarias por la oposición y el oficialismo, respectivamente, en porcentajes casi idénticos. Por otro lado, la proporción de personas que no optaron por ninguna postura fue similar en ambos grupos étnicos. Esto demuestra la existencia de personas “no polarizadas”, tanto indígenas como indígenas, aunque en una cantidad menor a la de aquellas que sí se posicionan en un bando o en otro.

IV.4.1.3.                  Postura acerca de conflictos políticos polémicos

La Tabla 5 expone los resultados de las opiniones de los estudiantes de ambas universidades acerca de la afirmación “El MAS ha hecho fraude en las elecciones del 2019”, la cual debían indicar si era falsa o verdadera según ellos. Para el análisis, estas posiciones fueron cruzadas con la autoidentificación de los alumnos como parte de un pueblo o nación indígena.

Tabla 5

Postura acerca del presunto fraude electoral del 2019, universidades privada y pública, La Paz y El Alto, 2023

Fuente: Elaboración propia.

En la universidad privada, la mayoría de encuestados (83,85%) estuvo de acuerdo  con la afirmación acerca del presunto fraude electoral del 2019, mientras que solo el 6,77% opinó que era falsa. El 9,38% no expresó su postura al respecto. En esta casa de estudios, tanto no indígenas como indígenas expresaron mayoritariamente que el 2019 el MAS hizo fraude electoral. El primer grupo en un 90,57% y el segundo en un 65,79%.

Por otro lado, en la universidad pública, la opinión de los estudiantes se dividió entre aquellos que creían que la afirmación era falsa (47,74%), los que creían que era verdadera (41,94%) y quienes no expresaron su posición al respecto (10,32%). Además, hubo una diferencia significativa entre la postura de no indígenas e indígenas. Los primeros consideraron mayoritariamente (65,79%) que hubo fraude electoral el 2019, mientras que la mayoría de los segundos (56,41%) estuvo en desacuerdo. También se identificó un porcentaje significativo de universitarios indígenas (34,19%) que estuvo de acuerdo con la afirmación.

En la Tabla 6, se presentan los resultados obtenidos en ambas universidades respecto a la afirmación “Jeanine Áñez y su entorno han hecho golpe de Estado el 2019”; los estudiantes debían indicar si era falsa o verdadera de acuerdo a su criterio. Al igual que en la Tabla 5, las diferentes posturas fueron cruzadas con la autoidentificación de los alumnos con un pueblo o nación indígena.

Tabla 6

Postura acerca del golpe de Estado del 2019, universidades privada y pública, La Paz y El Alto, 2023

Tabla

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Fuente: Elaboración propia.

En la universidad privada, la mayoría de los encuestados (75%) consideró que la afirmación presentada era falsa, solo el 13% dijo que era verdadera y el 11,98% no expresó su postura. Esta tendencia se mantuvo entre los no indígenas, pues el 82,39% de ellos opinó que no hubo golpe de Estado el 2019. En contraste, la posición de los indígenas en esta casa de estudios estuvo dividida entre aquellos que estuvieron de acuerdo con la afirmación (39,39%), los que la rechazaron (39,39%) y quienes no expresaron su opinión (21,21%).

Por otro lado, en la universidad pública, la mayoría de los encuestados (63,87%) opinó que sí hubo golpe de Estado en Bolivia el 2019, mientras que solo el 23,87% estuvo en desacuerdo y el 12,26% no expresó su postura. No obstante, hay una diferencia relevante entre la opinión de los no indígenas e indígenas de esta casa de estudios,  ya que la mayor parte de los primeros (57,89%) consideró que la afirmación era falsa frente a la mayoría de los segundos que aseguró que era cierta (72,65%).

También las opiniones de los universitarios acerca de hechos polémicos comprueban la influencia de la autoidentificación étnica sobre la socialización política diferencial, en particular en su posicionamiento dentro del debate político en la esfera pública.

Los resultados presentados en este apartado comprueban que, cuando la autoidentificación étnica mayoritaria es no indígena, suben significativamente la preferencia electoral por CC, la inclinación hacia la oposición y la creencia de que el  MAS hizo fraude electoral el 2019. De manera inversa, cuando la autoidentificación es mayoritariamente indígena, aumentan la preferencia por el MAS, la inclinación hacia el oficialismo y la creencia de que Jeanine Áñez asumió la presidencia a través de un golpe de Estado. Al dividir a los estudiantes según su adscripción a un pueblo o nación indígena, estas posturas se marcan todavía más en los grupos étnicos predominantes de cada universidad; mientras que las opiniones de la minoría étnica se dividen en proporciones similares. Cabe destacar que en ambas universidades se encontró porcentajes significativos de estudiantes que no optaron por algún partido ni por alguna posición política.

IV.4.2.               La polarización en la cotidianidad y los medios

Los resultados de este apartado profundizan en cómo la polarización política se manifiesta en las prácticas cotidianas y en el consumo de medios de los estudiantes universitarios, lo que revela patrones diferenciados según la identidad étnica y el contexto institucional. Al analizar la participación política directa, la participación mediática virtual y los intereses declarados sobre temas políticos, se evidencia que la identidad étnica no solo incide en las posturas políticas explícitas, sino también en la manera como los jóvenes se vinculan o desvinculan de los espacios de acción colectiva y deliberación política.

IV.4.2.1.                  Participación de los universitarios en marchas o bloqueos

El primer hallazgo de este apartado analiza la participación directa de los estudiantes universitarios en marchas o bloqueos relacionados con temas que les interesan o les afectan, diferenciada por universidad y por identidad étnica. Los datos proceden de la respuesta a la pregunta: “¿Asiste a marchas o bloqueos sobre temas que le interesan o le afectan?”, incluida en la categoría 7 de la encuesta aplicada. Estos resultados han sido cruzados con la respuesta a la pregunta de autoidentificación étnica: “Como boliviano(a),

¿se considera perteneciente a algún pueblo o nación indígena?”, con el objetivo de observar cómo la identidad étnica incide en la disposición a participar en acciones colectivas. La participación en marchas o bloqueos funciona aquí como un indicador clave de socialización política activa y permite analizar cómo la identidad étnica y el contexto institucional configuran las oportunidades y motivaciones hacia la movilización política.

Tabla 7

Participación en marchas o bloqueos de la universidad privada, La Paz, 2023

Tabla

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Fuente: Elaboración propia.


Los datos de la Tabla 7 muestran que, en la universidad privada de La Paz, el 64,58% de los estudiantes no participa en marchas o bloqueos relacionados con temas que les interesan o afectan. La mayoría de este grupo estudiantes son no indígenas (56,77%), mientras que solo un 7,81% de los no participantes se identifica como indígena. En contraste, un 34,90% de los estudiantes sí manifiesta haber participado en estas acciones, con mayor proporción de participación entre los no indígenas (25,52%) que entre los indígenas (9,38%). Este patrón evidencia una baja implicación general en    la acción colectiva directa dentro de la universidad privada, y además sugiere que la participación en movilizaciones está menos asociada a la identidad étnica indígena en este contexto institucional, a diferencia de lo que podría esperarse según patrones históricos de activismo colectivo.

Tabla 8

Participación en marchas o bloqueos de la universidad pública, El Alto, 2023

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Fuente: Elaboración propia.

Los datos de la Tabla 8 revelan que en la universidad pública de El Alto la participación en marchas o bloqueos alcanza el 43,87% de los estudiantes, con una notable mayoría de estudiantes indígenas (38,71%) dentro de este grupo participante, mientras que solo el 5,16% corresponde a estudiantes no indígenas. Este contraste con los datos  de la universidad privada evidencia una mayor disposición a la movilización política en la universidad pública, particularmente entre los estudiantes indígenas, quienes representan la base mayoritaria de quienes participan en acciones colectivas.

Esta diferencia no solo responde a factores individuales, sino que refleja dinámicas estructurales y culturales diferenciadas entre ambas universidades. En la universidad pública, con mayor presencia de estudiantes indígenas, la participación en marchas se vincula a formas de politización arraigadas en las prácticas comunitarias y en la historia de luchas sociales indígenas en Bolivia. La marcha no es solo una acción política puntual, sino una prolongación de una cultura de resistencia colectiva y una forma de agencia política frente a estructuras de exclusión. Jenkins (2008) plantea que la etnicidad es un proceso social dinámico, constantemente reforzado a través de la interacción y las prácticas cotidianas como la movilización política.

En cambio, en la universidad privada —en la que predomina la autoidentificación no indígena— la menor participación sugiere una socialización política más individualizada y distante de las prácticas colectivas tradicionales, posiblemente influenciada por modelos de participación política mediados por el consumo digital o por la priorización de agendas personales y académicas sobre las colectivas.

Además, estos datos reflejan cómo el ascendiente identitario condiciona el acceso a redes de movilización y oportunidades de participación política, lo que reproduce las divisiones de capital social y político entre ambos grupos. La participación colectiva, en este contexto, no solo es una elección individual, sino una práctica insertada en trayectorias culturales diferenciadas.

IV.4.2.2.                  Participación en medios virtuales de los universitarios

El segundo hallazgo explora la participación política mediada digitalmente a través  de redes sociales o foros virtuales, desagregada por identidad étnica y universidad. Los datos provienen de la respuesta a la pregunta: “¿Participa en redes sociales o foros  virtuales para expresar su opinión acerca de su realidad nacional?”, incluida   en la categoría 7 de la encuesta. Estos resultados también han sido cruzados con la autoidentificación étnica para examinar cómo la pertenencia a un pueblo o nación indígena se relaciona con el uso de plataformas digitales como canales de expresión política. Analizar esta dimensión es clave para comprender cómo los estudiantes utilizan (o no) las plataformas digitales para la deliberación política, en un contexto marcado por polarización y segmentación informativa.

Tabla 9

Participación en medios virtuales de la universidad privada, La Paz, 2023

Tabla

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Fuente: Elaboración propia.

En la Tabla 9, se observa que en la universidad privada el 78,04% de los estudiantes no participa en redes sociales o foros virtuales para expresar opiniones políticas, mientras que solo el 21,96% afirma hacerlo, con mayor participación de no indígenas (17,34%) frente a indígenas (4,62%) dentro de este grupo. Este resultado no solo confirma una baja participación política digital entre los estudiantes de la universidad privada, sino que también refleja una continuidad de la desvinculación política que ya se manifiesta en la esfera presencial, evidenciada previamente en los bajos niveles de participación en marchas y bloqueos.

Tabla 10

Participación en medios virtuales de la universidad pública, El Alto, 2023

Tabla

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Fuente: Elaboración propia.

En la Tabla 10, se observa que, en la universidad pública, aunque la mayoría de los estudiantes (72,52%) no participa activamente en redes sociales o foros virtuales  para expresar opiniones políticas, existe una diferencia notable al analizar los datos según identidad étnica: la participación en medios virtuales es considerablemente mayor entre los estudiantes indígenas (29,77%) que entre los no indígenas (7,63%). Este hallazgo revela que, si bien en términos generales la participación política digital todavía es limitada, los estudiantes indígenas de la universidad pública utilizan las plataformas virtuales en una proporción significativamente mayor que sus pares no indígenas, lo que evidencia un patrón diferenciado de socialización política mediada digitalmente.

Este patrón indica que, para los estudiantes indígenas de la universidad pública, las plataformas virtuales no reemplazan, sino amplían el repertorio de acción política. Por ello, estas funcionan como espacios para construir narrativas, organizar movilizaciones, circular discursos identitarios y reforzar marcos interpretativos colectivos. Aquí, la participación digital está integrada a una cultura política comunitaria.

Por el contrario, en la universidad privada,  la  escasa  participación  en  foros  y  redes virtuales sugiere que la desvinculación política se expresa tanto en la esfera presencial como digital, posiblemente influenciada  por  una  socialización  política  en la que la política aparece lejana, polarizante o irrelevante frente a intereses individuales o académicos. Este dato dialoga con las teorías de Giddens (1996) sobre la desvinculación post-tradicional, en la que los vínculos colectivos se debilitan y      las decisiones individuales priman sobre los marcos colectivos heredados. Esta fragmentación, como advierten Bauman y Leoncini (2018), se asocia a una “generación líquida” caracterizada por vínculos efímeros, relaciones utilitarias y una fragilidad del tejido comunitario.

Además, la mayor participación digital de los estudiantes indígenas en la universidad pública podría interpretarse como una respuesta a las limitaciones de acceso a los medios tradicionales y a los canales institucionales de representación. Así, las redes sociales se transforman en espacios de resistencia simbólica y visibilización política.                                                                                                                                     


IV.4.2.3.                  Intereses en la vida cotidiana de los universitarios

El tercer hallazgo examina la importancia que los estudiantes otorgan a involucrarse en marchas o foros relacionados con actores y movimientos políticos específicos, como el partido político MAS, los movimientos sociales de “pititas” o las opiniones políticas de Fernando Camacho, gobernador electo de Santa Cruz. Los datos se obtuvieron    de la respuesta a la pregunta “¿Qué importancia cree que le daría a involucrarse en marchas o foros acerca de: partido político MAS, movimientos sociales de pititas u opiniones políticas de Fernando Camacho?”, incluida en la categoría 7 de la encuesta. Esta variable fue cruzada con la autoidentificación étnica para explorar cómo la pertenencia identitaria influye en la relevancia asignada a la participación política en la vida cotidiana. Este indicador refleja el grado de politización cotidiana percibida por los estudiantes, y cómo su identidad étnica estructura sus prioridades y preocupaciones políticas.

Tabla 11

Intereses en la vida cotidiana de la universidad privada, La Paz, 2023

Calendario

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Fuente: Elaboración propia.

En la Tabla 11, se observa que en la universidad privada de La Paz el 34,38% de los estudiantes considera que no es relevante asistir a marchas o foros políticos vinculados al partido MAS, a los movimientos sociales de “pititas” o a las opiniones políticas de Fernando Camacho, mientras que solo el 8,86% considera importante involucrarse  en estas actividades. Dentro de este pequeño grupo que sí otorga importancia a la participación, la proporción de estudiantes indígenas (5,21%) es ligeramente mayor que la de no indígenas (3,65%), aunque ambos porcentajes son bajos en términos absolutos. Este patrón indica una predominancia de percepciones de baja relevancia asignada a la participación política activa en la universidad privada, tanto entre los estudiantes indígenas como no indígenas, aunque con una ligera tendencia a una mayor valoración entre los primeros.

Tabla 12

Intereses en la vida cotidiana de la universidad pública, El Alto, 2023

Fuente: Elaboración propia.

En la Tabla 12, se observa que en la universidad pública de El Alto el 25,16% de los estudiantes considera importante participar en marchas o foros políticos vinculados al partido MAS, a los movimientos sociales de “pititas” o a las opiniones políticas de Fernando Camacho, con una clara mayoría de estudiantes indígenas (18,06%) frente a los no indígenas (7,10%) dentro de este grupo. A pesar de que la mayoría de los estudiantes en ambas universidades le asigna baja importancia a la participación política en la vida cotidiana, este hallazgo revela que la valoración de la política como un espacio significativo de acción es notablemente mayor entre los estudiantes indígenas de la universidad pública.

Este hallazgo refleja que la politización cotidiana está más presente entre los estudiantes indígenas de la universidad pública, quienes perciben la política como parte integral de su identidad, su historia colectiva y sus horizontes de lucha. Para este grupo, la política no es una esfera separada de la vida diaria, sino un campo de acción atravesado por demandas de reconocimiento, justicia social y derechos colectivos.

En contraste, entre los estudiantes no indígenas de la universidad privada, la política aparece como un campo menos relevante, distante de sus intereses cotidianos, posiblemente percibida como fuente de conflicto o como una esfera monopolizada por “otros” grupos sociales. Esta percepción podría estar influenciada por procesos tanto de distanciamiento afectivo como simbólico de la política que refuerzan dinámicas de polarización afectiva (McCoy et al., 2018) en las que las identidades políticas opuestas se perciben no solo como diferentes, sino como amenazantes o ilegítimas.

Además, la baja importancia asignada por ambos grupos sugiere que la fragmentación política también afecta la motivación para involucrarse, aunque por razones diferentes: en el caso de la universidad privada, por apatía o desafección política; en el caso de  la universidad pública, posiblemente por fatiga política frente a una participación constante y una escasa respuesta institucional.

En conjunto, los resultados de las Tablas 7 a 12 muestran que la polarización política no solo atraviesa las preferencias electorales y las posturas ideológicas explícitas, sino que configura las prácticas cotidianas de participación y vinculación política de los jóvenes universitarios, diferenciadas por identidad étnica y contexto institucional.

Los estudiantes indígenas de la universidad pública participan más en marchas, foros virtuales y valoran en mayor medida la acción política cotidiana. De esa forma, se articula una socialización política colectiva, comunitaria y de resistencia. En cambio, los estudiantes no indígenas de la universidad privada muestran una participación política más limitada, individualizada y desvinculada de las formas de acción colectiva. Así expresan una socialización política post-tradicional, en la que la política parece lejana o desprovista de relevancia cotidiana.

Estos hallazgos evidencian que la identidad étnica no solo opera como un marcador cultural, sino como un eje estructurante de la acción política, el acceso a redes de participación y la configuración de horizontes políticos en la juventud universitaria. La universidad, en este escenario, funciona como un espacio en el que se reproducen, amplifican o resisten las divisiones sociales e identitarias de la sociedad boliviana.   De esa forma, se consolidan clivajes simbólicos que estructuran las trayectorias de socialización política.

V.  Discusión

FES (2024) estudió el alejamiento de los jóvenes de las formas tradicionales de participación política y su acercamiento al activismo ligado a identidades específicas. Por su parte, Loayza Bueno (2023) investigó la relación entre el ascendiente étnicamente diferenciado y la socialización política en el contexto de la polarización en Bolivia. Respecto a los universitarios, Barrera Hernández (2023) analizó cómo las casas de estudios reproducen la segregación simbólica. Esta investigación combina los tres enfoques e indaga acerca de la socialización política diferenciada de los universitarios bolivianos influenciada por su asociación étnica, la cual se refuerza en el espacio universitario dentro un contexto nacional marcado por la polarización sociopolítica. Los alcances de esta investigación se basaron en los tres enfoques mencionados, así como sus nociones de etnicidad, polarización y participación política, y las estructuras sociales influyentes para sus fenómenos. El aporte académico del presente estudio radica en el análisis conjuntivo de tales elementos; en esa línea, se ha articulado la relación de la autoidentificación del individuo con la evolución de la participación política de sus coetáneos y el contexto mediático que lo rodea.

Desde el paradigma de la estructuración propuesto por Giddens (1984/2015), estos resultados muestran cómo las prácticas cotidianas de los individuos, en este caso, sus elecciones políticas, opiniones y formas de participación, reproducen y actualizan  las estructuras sociales de diferenciación étnica y cultural que operan como mecanismos que consolidan las divisiones sociales históricas en el ámbito universitario. La interacción entre identidad étnica y socialización política revela que las estructuras identitarias son internalizadas por los jóvenes a través de sus experiencias educativas y mediáticas. Tal como plantea Anderson (2006), las comunidades imaginadas, en este caso, las comunidades étnicas, construyen sentidos compartidos que definen las lealtades políticas y los horizontes de acción colectiva.

Parte de esos sentidos compartidos es la interpretación que cada grupo tiene de     los conflictos del 2019, ya sea como un fraude electoral o un golpe de Estado. Esta divergencia evidencia lo que McCoy et al. (2018) denominan polarización afectiva, por la que no solo existen desacuerdos ideológicos, sino desconfianza, antagonismo y emociones negativas hacia los “otros”, lo que profundiza las fracturas del tejido social.

Estas diferencias no solo son producto de orientaciones políticas individuales, sino de procesos de socialización mediática diferenciada. Tal como advierte Pariser (2011/2017), las “burbujas de filtro” generadas por  los  algoritmos  digitales  tienden  a  reforzar las creencias preexistentes, lo que limita la exposición a perspectivas alternativas y construye realidades paralelas, lo que se observa en la manera diferenciada en que los estudiantes indígenas y no indígenas consumen medios, interpretan noticias y articulan sus opiniones políticas.

Además, los resultados evidencian  que  las  universidades  operan  como  espacios  de reproducción simbólica de las divisiones sociales, al mantener comunidades estudiantiles segregadas étnica y culturalmente con dinámicas de interacción limitadas entre los grupos. Como señala Bhabha (1994/2002), la identidad es una categoría    en constante negociación en los espacios sociales, y en este caso, las universidades no solo reflejan las fracturas sociales preexistentes, sino que las profundizan al no transversalizar efectivamente la interculturalidad en sus prácticas institucionales, tal como analiza Barrera Hernández (2023). Por ello, los resultados expuestos invitan a reflexionar críticamente sobre el rol de las instituciones educativas en la construcción o reproducción de la cohesión social en contextos de alta fragmentación identitaria.

VI.  Conclusión

Más allá de confirmar tendencias previamente identificadas en la literatura sobre polarización política, esta investigación aporta elementos originales al análisis del contexto boliviano contemporáneo. En primer lugar, introduce el cruce sistemático entre autoidentificación étnica y prácticas de consumo mediático post-tradicional en jóvenes universitarios urbanos, un enfoque poco explorado en los estudios locales.

En segundo lugar, revela cómo las dinámicas de desvinculación social y fragmentación informativa profundizan las divisiones políticas incluso dentro de espacios académicos formales. Esto muestra que la polarización afectiva no solo se reproduce en ámbitos políticos tradicionales, sino que permea las interacciones cotidianas de la juventud. Estos hallazgos amplían la comprensión de los procesos de socialización política juvenil en contextos de alta diversidad cultural y tecnológica, por lo que ofrece nuevas perspectivas para futuras investigaciones en el campo de la comunicación política en Bolivia.

A partir de los resultados obtenidos, es posible afirmar que la identidad étnica constituye un factor clave en la socialización política de los estudiantes universitarios, lo que proporciona una respuesta fundamentada a la pregunta de investigación. En efecto, el ascendiente identitario étnicamente diferenciado incide de manera directa y compleja en las preferencias electorales, las posiciones políticas, las interpretaciones de los conflictos nacionales y las formas de participación política y mediática de los jóvenes universitarios en La Paz y El Alto. Este hallazgo confirma que la socialización política no ocurre en un vacío, sino que está profundamente atravesada por las pertenencias identitarias y los clivajes sociales preexistentes.

Esto se evidencia en la clara alineación de los estudiantes indígenas de la universidad pública con el oficialismo y en su interpretación de los conflictos del 2019 como       un golpe de Estado. Ambas posturas reflejan no solo una preferencia política, sino una posición histórica y cultural frente al poder, la representación y la memoria colectiva de su grupo. Además de repercutir en una adhesión electoral, esta lectura de los eventos recientes establece una narrativa política que articula experiencias    de exclusión, reivindicación y resistencia, enmarcada en una lucha histórica por el reconocimiento.

Además, los hallazgos prueban que la identidad étnica no opera de manera aislada, sino que condiciona de manera profunda las formas de participación política, el consumo mediático y las posiciones frente a acontecimientos clave. La polarización que se observa en el ámbito universitario refleja no solo diferencias ideológicas, sino también tensiones simbólicas y afectivas que fragmentan los espacios de socialización entre jóvenes. Esta dinámica sugiere que las universidades, lejos de funcionar como ámbitos neutros de formación académica, actúan como escenarios de reproducción de las divisiones sociales más amplias.

En suma, esta investigación no solo confirma las hipótesis planteadas desde  la  teoría, sino que aporta evidencia  empírica original  al  mostrar cómo las dinámicas  de polarización afectiva, desvinculación post-tradicional y segmentación informativa se articulan en el ámbito universitario boliviano a través del ascendiente identitario étnicamente diferenciado que genera formas divergentes de socialización política, participación  y  construcción  de  sentido  colectivo.  Estos  hallazgos  sugieren  que  la juventud universitaria no solo reproduce las fracturas históricas de la sociedad boliviana, sino que, a través de nuevas prácticas mediáticas y políticas, las resignifica y reconfigura. Este panorama plantea desafíos y oportunidades para la construcción de una democracia más inclusiva, intercultural y deliberativa.

La relevancia de esta investigación se acentúa en un año particularmente simbólico para Bolivia. En 2025, el país conmemora su bicentenario y celebrará nuevas elecciones generales. Muchos de los jóvenes encuestados ejercerán su derecho al voto por primera vez en un contexto de alta fragmentación social y de tensiones políticas no resueltas. Por ello, comprender las dinámicas de socialización política juvenil resulta crucial para anticipar los desafíos que enfrentará la democracia boliviana en esta coyuntura histórica. Fortalecer los espacios de diálogo intercultural, promover una participación política más inclusiva y trabajar en la reconstrucción de los vínculos sociales rotos son tareas estratégicas para el futuro inmediato del país.

En este sentido, las universidades pueden y deben asumir un rol protagónico. Más allá de su función formativa, tienen la posibilidad de convertirse en laboratorios de ciudadanía democrática, capaces de acoger y transformar las diferencias en espacios de encuentro y deliberación. Por lo tanto, se hace evidente la necesidad de impulsar estrategias de comunicación intercultural en el ámbito universitario que contribuyan a mitigar las dinámicas de polarización identificadas.

Las universidades, como espacios de socialización juvenil, podrían implementar programas de diálogo intercultural que promuevan el reconocimiento de la diversidad étnica y política como un valor democrático entre estudiantes de distintas universidades. Las organizaciones de representación estudiantil podrían fortalecer el intercambio cultural y fomentar el debate sobre la realidad del país con tal de romper las burbujas de filtro mediático que refuerzan las percepciones sesgadas. Esto fomentaría el acceso a narrativas diversas y plurales entre los jóvenes. Por último, se recomienda realizar encuestas periódicas para evaluar la proyección política de los jóvenes en función de los acontecimientos de tensión que enfrente el país en el futuro.

Es relevante recordar que la muestra se limitó a dos universidades urbanas del altiplano boliviano, lo que restringe la generalización de los resultados a otros contextos regionales del país. Por ejemplo, en el oriente boliviano, donde los clivajes étnicos adquieren características distintas y la dinámica de socialización política podría presentar variaciones relevantes.  Al  considerar  las  transformaciones  aceleradas  en los modos de comunicación y participación juvenil, sería pertinente investigar longitudinalmente cómo evolucionan estas dinámicas en el tiempo, especialmente en un contexto político boliviano que se mantiene altamente volátil y polarizado.

Referencias

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Nota: Declaramos que ningún tipo de conflicto de intereses ha influido en la elaboración de este artículo.